La venta corta es la práctica de vender un activo financiero que no se posee. Si el precio del activo en cuestión baja, la persona que hizo una venta corta habrá obtenido un beneficio. Si el precio del activo en cuestión sube, la persona que hizo una venta corta habrá obtenido una pérdida o retorno negativo.

La venta corta (en inglés: «short sell») se puede realizar con acciones, divisas (EURUSD, GBPUSD, etc) , criptomonedas (BTC, ETH), índices (Dow, S&P, Nasdaq) y materias primas (Oro, Cobre, Petróleo, etc).

Se trata de la operatoria opuesta a la compra.

Por ejemplo, si Martín espera que el precio de Ethereum caiga y hace una venta corta de 10000 USD en Ethereum. Si el precio de Ethereum cae desde $400 a $150, Martín habrá obtenido un retorno cercano al 62.5% (porcentaje de caída de Ether), y su beneficio habrá sido de $6250.

Al hacer una venta en corto, existe la posibilidad de perder mas del 100% del capital negociado, porque el precio del activo puede subir mas del 100%. En el caso de la compra simple, el precio del activo nunca puede caer por debajo de cero, es por esto que las pérdidas están limitadas, salvo que se opere con apalancamiento.

De manera similar, las ventas en corto tienen una ganancia limitada al 100%, y esto ocurre cuando el precio del activo cae a cero, aunque esta situación es muy difícil que se dé.

Las ventas cortas son un instrumento popular entre cierto tipo de inversores, que buscan aprovechar ganancias considerables en períodos de tiempo relativamente cortos; aprovechando el hecho de que ciertas caídas de precios ocurren de manera rápida. Algunos inversores buscan encontrar activos o mercados sobrevaluados y venden en corto el activo en cuestión.