Cada vez que decidimos entrar o salir de una posición o bien no realizar ninguna acción, ocurren en nuestras mentes diversos procesos. No disponemos de información perfecta, ni capacidad para procesar toda la información disponible. Nos vemos influenciados por elementos subjetivos, y la reacción de nuestro cerebro ante diversas situaciones puede jugarnos una mala pasada.

Nuestra mente viene evolucionando desde hace millones de años, y en la profundidad de nuestro cerebro se encuentran estructuras que fueron fundamentales para que nuestros ancestros sobrevivan en un contexto totalmente diferente al actual. Inconscientemente, esta configuración del cerebro sigue influenciando nuestro pensamiento de diversos modos en la toma de decisiones.

Un estudio realizado desde la década del 60 consiste en enviar cartas verdes o rojas y compensar a los participantes si adivinan cuál va a ser la siguiente carta. La ocurrencia de las verdes es del 80%, pero su distribución es aleatoria. Los individuos intentan encontrar patrones para predecir cuándo vendrá la siguiente carta roja. Ratas y palomas obtenían alimento cuando realizaban una elección correcta, de este modo, aprendieron a elegir el color verde casi todas las veces obteniendo mejores resultados que los humanos, que intentaban encontrar formas de predecir cuándo vendría la siguiente carta roja.

Este fenómeno es denominado por los investigadores como “adicción a las predicciones”, y puede jugar especialmente en contra de los inversores, dado que nos induce fuertemente a buscar patrones dentro de datos aleatorios, creer en estos patrones y aplicarlos en la toma de decisiones de inversión. Asimismo, es también muy fácil encontrar patrones que en el pasado hayan servido para explicar series de datos.

(fragmento tomado de http://www.zonaeconomica.com/neuroeconomia-inversiones)

Este experimento se puede aplicar al análisis técnico en el mercado forex. Muchos principiantes que hayan estudiado el análisis técnico pueden tener una tendencia a ver figuras e imaginar patrones de comportamiento del mercado, cuando en realidad son solo producto de su imaginación. Del mismo modo, el hecho de que haya acertado en predecir el mercado, no significa que lo podrá seguir haciendo en el futuro.

Si se le preguntara a 128 niños cuál será el próximo movimiento del mercado, probablemente un número cercano a 64 acierte (es decir, el 50% de la muestra). Si a los 64 que acertaron se les pregunta nuevamente, probablemente acierten 32, luego 16, 8, 4 y 2. Es decir que hay dos niños que predijeron 6 veces consecutivas el comportamiento del mercado y si hubiesen invertido dinero real, habrían ganado bastante. Pero si alguien nos dice que ellos son gurús del mercado, probablemente no les creamos. Del mismo modo, habiendo miles de traders en todo el mundo, es posible que algunos hayan acertado correctamente varias veces el movimiento del mercado y sean existosos traders, sin embargo, lo pueden haber hecho solo porque la muestra era lo suficientemente grande.

Otros estudios indican que tenemos cierta preferencia por pertenecer a grupos de personas, aparentemente debido a que hace miles de años, nuestro antepasados realizaban la mayor parte de las tareas en forma grupal, y los individuos aislados tenían menos posibilidades de sobrevivir. Aplicando esto al mercado forex, podemos decir que, inconscientemente, estaremos mas de acuerdo con los consejos y decisiones tomados en forma grupal. Está demostrado científicamente que ir en contra de la opinión general, provoca una especie de malestar. Esto nos permite concluir que aquellos inversores que interactúen frecuentemente con otros inversores, ya sea personalmente con otros inversores conocidos o amigos, o bien participando en foros o grupos de Internet, deben tener cuidado dado que pueden cometer el error de no evaluar con profundidad suficiente los consejos y decisiones tomadas por el grupo o bien por seguir a supuestos gurues del mercado. Está estudiado que una de las causas por las que los inversores principiantes fracasan es porque siguen los consejos de otros.